La toxina botulínica, más conocida como bótox, es uno de los tratamientos más efectivos para prevenir y atenuar las arrugas de expresión. A pesar de ser una de las técnicas más demandadas, despierta recelos entre muchas personas.
En el post de hoy desmontamos falsos mitos:

Mito: Paraliza el rostro y lo deja sin expresión.
Realidad:
- Este es habitualmente el principal recelo de los pacientes.
- La toxina botulínica (botóx), relaja y educa el músculo. No lo paraliza.
Mito: es una técnica peligrosa y dolorosa.
Realidad:
- Existen diversos estudios que aseguran su seguridad y eficacia.
- Siempre que sea administrado por un médico estético, en las dosis correctas, es un tratamiento seguro, sencillo y prácticamente INDOLORO
Mito: sus efectos son inmediatos y permanentes.
Realidad:
- El comienzo de su efecto empieza a ser visible a los 3-5 días tras su tratamiento. Alcanza su máximo efecto a los 15 días. Dura entre 4 y 6 meses.
Mito: sólo puede ser aplicado después de los 40 años.
Realidad:
- Hoy en día, la medicina estética está orientada a la prevención.
- Se puede iniciar antes como tratamiento preventivo antiarrugas.
Mito: el bótox deja la cara hinchada.
Realidad:
- El bótox no es un material de relleno. No podrá nunca hinchar su rostro.
- Su función es relajar el músculo.
Mito: Después de pasar el efecto, el rostro empeora.
Realidad:
- Por el contrario, cuando pasa el efecto, el rostro queda mejor, al suavizar las facciones que causan las arrugas de expresión.
- Después de un tiempo los músculos recuperan su actividad habitual, sin efectos secundarios.
Mito: es adictivo y causa dependencia.
Realidad:
- No hay evidencia científica, que compruebe la dependencia química de la toxina botulínica.
- Si se ha demostrado, que debido a sus resultados, cuando sus efectos terminan, rápidamente deseamos tenerlos de nuevo.
